fo, lIlle es el remedio primero, que ſe ha de ha
zer, aunque aya dolores de vientre, y ſeñales
de abundancia de humores. Algunos ſe enga-
ñan con eſto, y purgan al enfermo fuego, an-
tes de fan grarle, y no ſin grande daño de ſu ſa
lud. Eſta es Verdad cierta y aueriguada ẽla me
dicina, que ſi al Enfermo han de ſan grar y pur
gar, deuen hazer primero las fan grias que có-
uienen. Eorque por ellas con mas breuedad
ſe en acuá todos los humo res juntos de las ve-
nas. Y deſpues pueden purgar al enfermo, y ha
zerlos remedios, que mas conuengan. Para e
llo acudan al capitulo primero del libro terce
ro, á donde me remito por no ſerlargo, y gu
arden el orden que allí mando.
Si la inflamacion de los reftículos ó com-
pañones fuere muy grande y con muy grá ca-
lor, pongan muchas vezes al enfermo vnos pa
ños mojados en eſto que aquí digo. Cumo de
Lechugas, agua itofada vna poca, azeyte itoſa
do otro tanto, mefclen lo todo con vn hue -
no barido clara y yema. Y haſta q̃ la inflamaci
on y calor fe aplaquen, pueden vfar del dicho
temedio. Hauiẽdoſe mitigado la inflamaciõ,
ſi
