M I S TT C A, elendo 0 bondad que a sí te derramas, le yo muy bien que es a tus amadores. O quã do tendre efla g, acia de amarte, que nio haga capaz de tu lancta ""!" fuencia. Sigueſe la tercera palabra. Qde eres en los Cielos. En la qual ſe da a entender que muy de volũtad mora el ſeñor en aquellas animas q̃ merciciere, ! gozar "piritualmate de las proprie fides de q̃el cielo efla corpo tal mente dorado. Porq̃ vernos lo primero, que el ciel ella adornado de muchedub e. de eſtrellas. Y a, si nueſtra anima lo de ue el tar de diuerſas virtudes para ſer digna ino tada de Dios. Lo. él, el cielo es muy firme y eſtable. En lo qual es entẽdida la firmeza triuy cõfiare q̃el anima él cue tener en apar tar ſus aflectiones de todas las coſas terre- nales. Lo tercero, el cielo fi pre ſe nueue. En lo qual le amoneſta q̃itueſtra anim̃ia, nii ca de ue cellar de mouer ſus allectitios del- leosa Dios, con anagogicos monim̃iẽtos. Pues recogidas las propriedades y tdichas por ellas es entẽd d ? q̃el anima que ha de l"rmorá "á de ſu Dios, ha de tener cautelá y IO! |
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