P E. O I. O C O- bres. Pues tí lo de Dios quiſieres compa- rara lo ya dicho, no te manda que canti- nes las tierras, y nauegues las mares, ſi no ſolamente quiere que entres en ti inté:-:-, y hallandole llí te promete riquezas ſin cuento: pues todas las tiene en ſu mario finieſtra , y tiene a la dieſtra lorigura de dias para que ſiempre te gozos del O pries fi quifieres mirar los que el mundo llama canalleros cobdicioſos de honrra, cõ quan ciertos trabajos y peligroſos peligros tra- bajan de alcancar de ſu Rey vn bien lo hezifles, y con ſolo el dan por bien emplea das las muertes de ſus antepaſlados, y las proprias licridas y con coracon encendido prometen cumplir lo que de ſí miſmos re- fla, que es la vida y el anima , y tienen por mas ſeñaladas mercedes que les fean en- comendadas las coſas mas arduas y de má yores peligros, y aun la honrra que tanto aman, por la qual a tantos peligros ſe po- nen, no dubdan ponerla al miſmo peligro por añadir a ella vn poco mas, y a las vezes PR!" |