M I S TT C A, porque quanto por ella mas le ayunta nue ltra anima a la fuente de la luz, tanto mas della es alumbrada. En otra manera es alũ l?rada nueſtra anima por rayos reflexos en cerrados, cõtenidos en las criaturas o eſcri pturas. Para lo qual es de ſaber, que no ay criatura de quãtas nueſtro Dios crio, ni en e cripturas de quantas eflan efcriptas, en quien no reſplandefea mas o menos la luz de la bondad diuinal,fíouiere quien la fepa conocer y lacar de allí, como cuerpo en quien da el rayo del ſol. Y quando nueſtra a ima no efla tan limpia, no puede en ella re f, landeſcer aquel rayo por no ſer tan fuer- te como el primero, mas cul̃lo poco a po- co le va l urgando mas o menos Aſsi mas o menos halla en las criaturas q̃ vee la luz de la bordad diuinal que en ellas efla ua, aũ que primero no la veya, y de aq̃í Dios, cuya bõdad allí reconoce, y eflo parece muy cla to ſerafsí en los fanctos varones, los quales en ver vna piedra ó otra coſa comun,leuan !"," ","!"! "!" "pù en grande admiracion de la bõ ""!" "" É!"?" que allí veẽ, lo qual no haze l C |
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